“El perro es el mejor amigo del hombre”, muchas veces hemos escuchado esta frase, pero pocos podemos llegar a imaginar la grandeza de cada palabra de esa expresión.

Así como el perro, los animales en general pueden ser de gran apoyo para las personas en momentos difíciles, cuando hayan pensamientos negativos, pérdidas, decepción o depresión.

Siendo así, entonces ¿Cuál es la diferencia de tener una mascota y tener una mascota como apoyo emocional? Este podría ser uno de los interrogantes de muchas personas que no se han visto en la necesidad de requerir un animal para sentirse livianos emocional, sentimental o físicamente.

Un perro, un gato, una paloma y hasta un caballo podrían cumplir funciones especificas con o sin entrenamiento para apoyar de cierta forma a las personas que se encuentran en un estado de vulnerabilidad.

La psicóloga Danara Escorcia explicó a Zona Cero que los animales ayudan al ser humano a nivel emocional cuando estos empiezan a sentirse deprimidos, solos o ansiosos.

“Una persona requiere de este apoyo emocional cuando comienza a tener pensamientos negativos, comienza a sentirse mal con su vida, comienza a tener la necesidad de que algo le falta y que necesita algo para poder soportarse o apoyarse en esa crisis que está teniendo emocionalmente”, dijo.

También especificó que el apoyo emocional que un animal le brinda a una persona no tiene fecha límite.

“A través de las mascotas podemos mirar la mejoría de las personas que han generado superación de los duelos, buena autoestima, buena relación y han podido superar trastornos de pánico social en el cual pueden relacionarse con otras personas”, afirmó Escorcia.

El uso de las mascotas como tratamiento para las personas es una práctica que viene desde hace siglos, específicamente desde 1860 cuando la precursora de la enfermería Florence Nightingale logró detectar que los animales servían de apoyo para los pacientes crónicos.

Según indicó la psiquiatra Astrid Arrieta Molinares los animales de compañía han sido fundamentales en el sector de la salud a lo largo de la historia.

“En 1919 utilizaron las mascotas como tratamiento en los hospitales psiquiátricos y posteriormente fueron utilizados como tratamientos específicos no solo para unidades de psiquiatría sino para otro tipo de actividades dentro del área de la salud”, dijo Arrieta, quien actualmente se desempeña como directora del programa de Medicina de la Universidad Libre de Barranquilla.

Arrieta Molinares también recalcó que los animales pueden servir de apoyo terapéutico para personas en condición de discapacidad, pueden ser un soporte para aquellos que han perdido sus funciones auditivas o visuales y que ayudan a recuperar la destreza fina. También pueden estimular en los niños su sentido de responsabilidad o aumentar su autoestima.

La psiquiatra especificó que esta práctica funciona en “pacientes cardiovasculares porque ayudan en la parte física para que estas personas con mascotas hagan más actividad física que las que no. Estos animales se entrenan específicamente para eso”.

El acompañamiento de los animales está relacionado directamente en producir ciertas sustancias y a mejoras distintos aspectos.

“Hay estudios que demuestran que mejora los parámetros cardiovasculares en los pacientes que reciben esta visita guiada por mascotas. Que mejoran la presión sistólica, disminuyen el colesterol, disminuyen los triglicéridos, aumentan una sustancia endorfina, oxitocina y la prolactina”, dijo Arrieta.

Si bien es cierto que las personas son libres de escoger su mascota de apoyo emocional, en muchas ocasiones estos animales son entrenados y liderados por una persona experta que realiza visitas a hospitales o a pacientes de psiquiatría que se encuentren internados.

El pasado 24 de abril se conoció el caso en el que la Sala Constitucional de Costa Rica declaró con lugar un recurso de amparo a favor de un estudiante de 14 años con trastorno del espectro autista, quien de ahora en adelante podrá asistir a sus clases acompañado de su perro.

La institución les había informado a los padres del menor que este debía permanecer alejado junto a su mascota y que el Departamento de Asesoría Pedagógica del Ministerio de Educación le había recomendado al colegio rechazar el ingreso del perro al lugar. Sin embargo, la Sala Constitucional logró constatar la “alegada violación a los derechos fundamentales" del menor.

Finalmente, María Mercado, psicóloga y especialista en emitir certificados de apoyo emocional, indicó cuáles son los requisitos que se piden a la hora de realizar la solicitud.

“El paciente deberá agendar una sesión con el profesional de salud mental, donde se creará una historia clínica, se realizarán pruebas y test psicológicos. Yo exijo un video para analizar, evaluar la comunicación que hay entre el paciente y la mascota. Les pido documentos de identificación y una foto de perfil de su mascota”, aseguró.